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Fuente foto: rendrijero.com
Mientras en Catalunya sigue el camarote de los Marx , nuestro querido planeta Tierra sigue rotando sobre su eje y alrededor del sol. Ayer este economista observador había quedado con el presidente de la Junta de Extremadura para comer en Mérida. Nos conocimos hace un mes, le hablé del Plan Juncker y quedó muy interesado.
He ido con mi coche. Fue un día con un sol radiante que hacía daño a la vista. El campo estaba verde y rebosaba vida. A la altura del parque de Monfragüe unos 30 buitres volaban en círculo, señal de que había carroña cerca. Este economista observador siente especial atención por las aves y paré el coche para observar un espectáculo de la naturaleza que los urbanitas madrileños no podemos disfrutar.
La reunión era en un restaurante muy popular a las afueras de Mérida y sin reservado, transparencia nórdica. En la mesa estaban sentados: la consejera de Hacienda, el Consejero de Industria, el Director General de Avante -banco de desarrollo extremeño-, el presidente y el secretario general de la patronal y los secretarios de UGT y CCOO de Extremadura. O sea, las principales instituciones económicas de la región.
El ambiente era extremadamente cordial y fluido. El Presidente es un hombre sencillo y accesible pero tiene una gran auctoritas. Habla poco, le gusta escuchar, pero cuando habla tiene un gran dominio de los temas, lleva Extremadura en la cabeza, sintetiza el problema y habla de medidas y soluciones para resolverlo. Me pidieron que explicara el Plan Juncker y los proyectos que pueden acceder al fondo que gestiona el Banco Europeo de Inversiones bajo tutela de la Comisión Europea.
Se lo expliqué al Presidente hace un mes y ya tienen un montón de proyectos preparados para empezar a negociar la financiación. Eficiencia energética en viviendas, renovables, infraestructuras, innovación, regadíos, etc. Todos con la colaboración del sector privado, condición necesaria para acceder al Plan. Este economista observador ha sido realista como lo es siempre en este blog. La opción de no acometer estos proyectos es dejar que Extremadura siga empobreciéndose.
En 1986, dato más antiguo que he encontrado en el INE, trabajaban en Extremadura 165.000 personas. En estos momento trabajan más del doble. Este crecimiento espectacular del empleo ha permitido desarrollar el estado de bienestar, la sanidad, la educación y las pensiones al igual que en el resto de España. Y esta mejora del estado de bienestar, especialmente la educación, ayuda a explicar a su vez el desarrollo del empleo y la renta por habitante.
Pero la crisis ha sacudido muy fuerte a Extremadura, afectada además por la intensa bajada de salarios en Portugal, por una industria tradicional que se va a la Europa del Este en busca de salarios más bajos, la misma razón por la que vinieron a España hace décadas, la revolución tecnológica y la debilidad de la demanda de sus empresas, tanto en España como en Portugal.
El 20% de la población extremeña son pensionistas y la mitad con pensión mínima. Extremadura fue la región más beneficiada por el espectacular aumento de las pensiones, especialmente las mínimas que aumentaron un 50%, durante las dos legislaturas de Zapatero. Y también ha sido la comunidad más afectada por la congelación de las pensiones de Rajoy y el desplome de la tasa de cobertura del paro de larga duración. En el programa de estabilidad enviado a Bruselas por este gobierno se estima que en la próxima década la pensión media en nuestra querida España perderá un 10-15% de poder adquisitivo. Y los jóvenes han emigrado de Extremadura los últimos años.
Por lo tanto, o se crean nuevas empresas y nuevos empleos en las ya existentes o si seguimos con la actual política económica el empobrecimiento continuará. El Gobierno de Monago se gastó un dineral en viajes y anuncios en los medios en busca de inversiones. Consiguió que todos los medios hablarán bien de él, los de derechas, los de izquierdas y el resto, pero los resultados en términos de empresas y nuevos empleos ni están ni se les espera.
El consejo de este economista observador -que coincidía con la visión del Presidente y su equipo de gobierno- es más realista. La política de innovación más exitosa es modernizar el aparato productivo actual. Apostar por la digitalización, aumentar el valor y la diferenciación de marca de los productos agroalimentarios extremeños en un mundo donde se crearán en la próxima década unos 1.000 millones de nuevos consumidores. Explorar con mayor éxito el turismo asiático que busca historia, tradición y monumentos y que visiten Mérida, Cáceres y todas las joyas arquitectónicas de Extremadura. Y por supuesto, sin renunciar a sectores de vanguardia tecnológica o nuevas empresas que quieren desarrollar su inversión en Extremadura.
El reto parece complejo pero sólo necesitan miles de empleos para resolver el problema de paro y pobreza que padece Extremadura. En China y la India el reto es el mismo pero necesitan crear cientos de millones de empleos para erradicar la pobreza extrema que allí se mide por tazas de arroz al día. Cuentan con un gobierno con vida inteligente, consciente de los problemas y con una enorme sensibilidad social para conseguirlo. Y con unas empresas y unos sindicatos que, con diferencias, están dispuestos a remar en la misma dirección.
Que la fuerza les acompañe.
La parte negativa es que enseguida anochece y no pude visitar la ciudad romana y sentirme observado por miles de años de historia, pero eso se resuelve volviendo.