La comparecencia de Luis deGuindos en el parlamento sobre el caso Soria fue como era previsible. Soria era el mejor, era un decisión técnica para elegir a un político desde 1995 y elegido por cargos del ministerio, todos elegidos por él y la mayoría del PP, blablabla. Lo más surrealista fue reconocer que habían forzado a dimitir a Soria por el escándalo generado en la opinión pública. Pero siguiendo ese criterio ¿por qué no dimitió Rajoy tras los SMS a Bárcenas, por romper su ordenador a martillazos, por la imputación del PP, o cuando entró la policía judicial en la sede Génova, etcétera?
Psoe y Podemos han pedido la dimisión del ministro por mentir desmontando todos sus absurdos argumentos, que el 90% de los españoles sabemos que son mentira. Pero ética y PP es como desierto del Sáhara y lluvias.
Luis de Guindos ha dicho -sin ruborizarse- que la dignidad es un concepto jurídico difícil de definir igual que la honorabilidad, y se ha metido en un jardín poniendo de ejemplo el criterio de elección de consejeros de los bancos. Lo dice el consejero de Lehman que vendió cuotas participativas de la CAM en 2008. Valoró la caja en 5.000 mill y luego tenía un agujero de 15.000 mill que hemos pagado todos los españoles. Sin olvidar que fue quien desde Price elaboró el informe de fusión de las cajas gallegas que solicitó Feijo (también quebradas); que fue presidente de comité de auditoria de BMN, caja rescatada por él mismo incumpliendo la ley de incompatibilidad. Este miércoles presentará su libro y tendrá la desvergüenza de culpar a Zapatero de no ver la crisis.
Lo que no era previsible es que fuera tan claro en sede parlamentaria con los compromisos que ha asumido con Bruselas. Reconoce que para cumplir el objetivo de déficit es necesario aprobar en el parlamento el anticipo a cuenta del impuesto de sociedades que espera recaudar 6.000 mill. O sea, que si no lo aprueba, el déficit no se habrá reducido nada en 2016 a pesar de crecer al 3%, cerrar el presupuesto de gasto en julio y con el BCE comprando 80.000 mill de deuda pública en 2016 a tipos próximos al 0%.
En abril de 2012 Luis de Guindos envió a Bruselas su primer programa de estabilidad y dijo que en 2015 el déficit sería del 1% y la deuda pública en el 80% del PIB. Cerró 2015 con un déficit del 5,2%, una desviación de 40.000 mill, y la deuda pública en el 100% (una desviación de 200.000 mill). Ayer reconoció en el Congreso que el 15 de octubre debe comunicar a la Comisión las acciones correctivas exigidas que suponen recortes de 5.000 mill en 2017 y otros 5.000 mill en 2018. Y tienen que ser estructurales. Por lo tanto, el anticipo a cuenta deberá ser sustituido por otro recorte de 6.000 mill.
Este economista observador lleva mucho tiempo advirtiendo de los efectos desastrosos de la política fiscal del Gobierno. La realidad es como un grifo abierto, al principio mancha el fregadero pero con el tiempo perfora el acero inoxidable. Luis de Guindos y Rajoy han engañado a Ciudadanos ocultando estos recortes y pactando aumento de gasto que sabían que no iban a cumplir. En Ciudadanos hay dos opciones y no se cuál es peor: o no eran conscientes que habría que hacer esos recortes y viven en el limbo, o eran conscientes y ya son el PP 2.0.
Luis de Guindos ha reconocido que va a prorrogar el presupuesto de 2016, lo que supone más recortes para cumplir el compromiso de déficit. Y ha advertido que el nuevo gobierno, en cuanto sea elegido, deberá presentar los recortes de 5.000 mill o los españoles seremos multados con 5.000 mill, el doble del gasto en infraestructuras del ministerio de Fomento en 2016.
Es increíble que el PP siga teniendo la confianza de millones de españoles para gestionar la economía. El Psoe ha perdido esa confianza y cada día se aleja más de volver a ser una alternativa de gobierno confiable para una izquierda posible, como lo fue Felipe en cuatro ocasiones y Zapatero en dos elecciones. Sánchez también ocultó esos recortes en su programa electoral del 20D y en el pacto que hizo con Ciudadanos en febrero. Le criticó a Rajoy el ocultar recortes en su investidura hace un par de semanas y anunció contactos con otros partidos para intentar una investidura y volver a ocultar los recortes. Que Sánchez y su equipo piensen que se puede acometer un recorte de déficit de 10.000 mill con 85 escaños ayuda a explicar por qué el Psoe se ha convertido en el camarote de los Marx
Si nada cambia y vamos a terceras elecciones, no es seguro que después se puede formar gobierno y el proceso se puede dilatar sine die. Por suerte, España está bajo las compras del BCE. Si no fuera por eso, ya habríamos sido rescatados de nuevo hace tiempo y nuestra prima de riesgo estaría en llamas. En 2018 el BCE dejará de comprar bonos y España tendrá que emitir unos 300.000 mill de deuda pública y el doble de deuda privada en los mercados.
Si hubiera vida inteligente en el Psoe, estarían virando para una abstención con duras condiciones, forzando al PP para volver a incumplir sus promesas subiendo impuestos y haciendo recortes sin poder culpar a Zapatero. Tendrían dos años para rearmarse, hacer un programa económico socialdemócrata solvente y posible para recuperar la confianza de los españoles, sobre todo los jóvenes. Pero parece que quieren ir a terceras elecciones con un líder cuestionado por su partido, sin relato y ningún apoyo mediático contra el PP, que tiene el apoyo de la sexta flota.
Las encuestas son favorables al PP, Rajoy va a volver a sacar mayoría en Galicia y está encantado de ir a terceras elecciones. Hoy Rajoy presentará el libro a Luis de Guindos diciendo cómo Zapatero arruinó la economía y ellos evitaron el rescate. Mienten y lo saben, pero una buena parte de la sociedad les vota y los incentivos son favorables a la mentira. Y los economistas sabemos que los incentivos los carga el diablo.
Como nos enseñó Keynes cuando piensas que va a llegar lo inevitable, sucede lo imprevisto. Veremos como acaba este enredo.