Mi artículo publicado en El País.
En 2011 el PP ganó con mayoría absoluta las elecciones. El pasado 20 de diciembre los españoles decidimos fragmentar nuestro voto. Si la economía va bien, el PIB y el empleo crecen ¿qué ha pasado? Es un fenómeno complejo y no tiene explicación simple. Pero no se puede explicar sin analizar la desigualdad y la pobreza. En 2011 los trabajadores recibimos en salarios 531.000 millones de euros. En 2015 fueron 510.000 millones. Por lo tanto, los trabajadores somos 21.000 millones más pobres. Eliminando el efecto de reparto del trabajo de los contratos a tiempo parcial desde 2011 se han destruido 350.000 empleos y hay 30.000 autónomos menos. Esos empleos precarios y la deflación salarial se han cebado en mujeres y jóvenes: el empleo de menos de 35 años siguió cayendo en 2015. La ciencia política nos enseña que estos son los dos colectivos con voto más volátil y que suelen explicar el cambio político.
En España el riesgo de pobreza es el 30%, el segundo más alto de los 28 países de la Unión Europa y donde más ha crecido. Es una pobreza relativa que mide una renta 40% inferior a la mediana. La probabilidad de ser pobre trabajando en España ha subido del 14% en 2011 al 18% y tiene que ver con los efectos del rescate de 2012 y de la reforma laboral. Pero si estás desempleado la probabilidad de ser pobre es del 60%. Se habla de pobreza infantil, de pobreza energética, etcétera. Son los mismos pobres y evitando el corte de luz o el desahucio seguirán siendo pobres. Para revertir la pobreza es condición necesaria que la economía cree empleo. Y es prioritario un plan de inversión europeo, un mercado de trabajo menos caótico y cambiar nuestro modelo crecimiento. Pablo Iglesias nos dijo a los españoles que el cambio empezaba en Grecia; “Syriza y Podemos venceremos”. Lamentablemente el corralito, el rescate a los bancos y los recortes de Syriza han aumentado la pobreza.
Desde 2011 hay 600.000 desempleados más que han perdido la prestación y son pobres. El mayor drama se concentra en hogares monoparentales de mujeres divorciadas o solteras con hijos a cargo donde la probabilidad de ser pobre es del 53%. En 100.000 hogares españoles los niños no se alimentan bien, ni tienen el calzado adecuado y en 500.000 hogares los niños no tienen las mínimas condiciones necesarias para estudiar.
El PP no ha hecho nada por ellos en cuatro años y la situación es de emergencia nacional. El nuevo Gobierno puede poner en marcha un plan que, en pocas semanas, priorice a esos niños en las escuelas públicas y garantice su educación y alimentación. En Andalucía esos niños comen tres veces al día, incluso en vacaciones, y se llevan una caja con la cena que cuesta 3,5 euros. Las Lanzaderas de Empleo dirigidas por Peridis ayudarían a las madres a encontrar empleo con mínimos recursos para el contribuyente y cumpliendo los objetivos de déficit de Bruselas. En Madrid se podría financiar si el PP y Ciudadanos le cobran al 0,2% de madrileños más ricos el impuesto de patrimonio.