Mi artículo publicado en El País.
La Comisión Europea ha perdido la confianza en Mariano Rajoy, algo comprensible. En 2015 el presidente del Gobierno en funciones aplicó una política fiscal expansiva con bajada de IRPF y fuerte aumento del consumo y empleo público que aumentó el déficit estructural un punto de PIB. Esto explica el mayor crecimiento de la economía española y no la milonga de las reformas.
El problema es que el déficit estructural no se reducirá en 2016 ni en 2017, según el Ejecutivo comunitario. Que el ministro de economía español siga hablando de crecimiento en el Eurogrupo y no del déficit estructural, aumenta la desconfianza de la Comisión sobre la capacidad de España para corregirlo. Que el PSOE y Ciudadanos hayan firmado un acuerdo que aumenta el déficit estructural incrementa aún más las dudas de nuestros socios europeos. Y de la versión cañí de Syriza que defiende Podemos en su programa mejor ni hablar.
La Comisión exige al Gobierno español que incluya medidas adicionales en el Programa de Estabilidad que Rajoy tendrá que enviar a Bruselas el 30 de abril. Lo más probable es que Rajoy vuelva a inventarse las cifras de ingresos, aumentando aún más la desconfianza, y España acabe bajo vigilancia reforzada con los hombres de negro supervisando nuestras cuentas públicas mensualmente.
Rajoy culpará a Zapatero. Pero según la Airef la mayor parte del déficit estructural lo explica la Seguridad Social. Rajoy heredó la Seguridad Social en equilibrio en 2011 y con 70.000 millones en la hucha de las pensiones que ha protegido a los pensionistas de los recortes. Pero Rajoy deja un agujero de 15.000 millones y la hucha se acabará en 2017.
En 2015 la Seguridad Social ingresó unos 5.000 millones menos que en 2011. La causa es el desastroso rescate de 2012 y la reforma laboral que ha provocado deflación salarial y precarización del empleo, especialmente entre los jóvenes y las mujeres. Según el INE, desde que Rajoy llegó a Moncloa hay 350.000 ocupados menos a tiempo completo equivalente que corrige por horas trabajadas y permite una comparación homogénea. Si, como todo parece, Rajoy abandona la presidencia, será el primer mandatario de la democracia que se va con menos empleo que llegó y el único que ha sido rescatado.
La otra causa es la deflación salarial que se ha cebado con los contratos temporales, a tiempo parcial y con los jóvenes. Una empresa de tecnología australiana ofrece a ingenieros sin experiencia de mi Universidad en Alcalá un contrato de tres años con permiso de residencia en Australia y 40.000 euros anuales. Esos mismos jóvenes en España cobrarían 10.000 euros y es muy probable que no trabajen de ingenieros. La Comisión alaba la reforma laboral y es corresponsable del problema.
España es una economía muy agradecida, competitiva y con alto potencial de crecimiento. Ahora sufre el estancamiento del comercio mundial y de nuestros socios europeos. España necesita vida inteligente en Madrid y en Bruselas para cambiar la política económica y un plan de inversión europeo como pide el G20, el FMI, la OCDE, el BCE y la propia Comisión. El Plan ni está ni se le espera.