En este blog llevamos muchos años pidiendo normalizar la subida de salarios. Por eso me ha generado tan buena sensación el acuerdo que los sindicatos y los empresarios están a punto de firmar. El otro día fui a ver a mi amiga Yolanda Valdeolivas a su toma de posesión como secretaria de estado de empleo y dijo que la prioridad era recuperar la negociación colectiva, que había quedado tan dañada desde que se aprobó la reforma laboral del PP en 2012. Por lo tanto, el acuerdo va en sintonía con el mensaje del nuevo gobierno, lo cual le da más legitimidad.
La subida del salario mínimo se mantiene con buen criterio
También se ha anunciado la subida del salario mínimo. La prioridad era crear empleo. Pero la subida del salario mínimo afectará a varios millones de trabajadores españoles, los más afectados por la precariedad, la reforma laboral y la crisis. El Psoe, liderado por Javier Fernández, ya forzó la mayor subida de salario mínimo en 2016 del 8%, Rajoy volvió a subirlo en 2017 y Pedro Sánchez, con buen criterio, mantiene esa tendencia.
En el gráfico anterior se observa cómo los márgenes empresariales han subido desde 2012 y las empresas pueden soportar esta subida, en media. El problema son las que están por debajo de la media. La clave es que tengan mecanismos de flexibilidad tanto en las leyes como en los convenios para no entrar en pérdidas.
Pero a medio plazo, como explico en mi nuevo libro De la indignación a la esperanza, las empresas deben adaptarse a los cambios que han producido la globalización y la revolución tecnológica y entrar en proceso de innovación, mejora de marca, mejor posicionamiento en mercados en crecimiento, mejor gestión del talento y el capital humano, etcétera.
De momento disfrutemos del nuevo debate sobre salarios y desigualdad y centremos ahora el foco en el debate sobre innovación y mejoras de gestión de las empresas españolas, especialmente de las pymes, donde los salarios medios siguen siendo la mitad que en las empresas grandes.