Sí, querido lector. El post de hoy tiene intención de arrojar cierta luz al futuro de nuestro sistema de pensiones que Rajoy y su equipo económico se han encargado de vaciar. Pero antes, para poder entender qué quiero plantearte, empecemos por un concepto clave: la balanza comercial.
Cuentan que un veterano economista brasileño del FMI cuando llegaba a analizar un país pedía la balanza comercial. Si las exportaciones no iban bien, recomendaba devaluar y si las importaciones no iban bien, recomendaba planes de estímulo fiscal. Era el mundo post Bretton Woods, con tipos de cambio fijos. Hoy el mundo es más complejo pero, junto a los datos mensuales de empleo, la balanza comercial sigue siendo la estadística más valiosa para analizar la coyuntura económica.
Las exportaciones españolas no van bien tal y como dice el gobierno y repiten la mayoría de medios de comunicación. Desde 2011 el crecimiento promedio ha sido del 4% y en 2016 crecen un raquítico 1%. En 2007, antes de la crisis, crecían 9% y en 2010 y 2011 próximas al 15%. La causa no es un problema de competitividad en nuestra querida España, es un frenazo del comercio mundial que ha entrado en estancamiento secular.
Lo más preocupante es que con los bancos centrales inundando el mercado de dinero hay deflación mundial en el comercio de bienes. Los precios españoles de exportaciones no energéticas caen en 2013 un 1%. La caída de precios reduce los márgenes empresariales, frena la inversión y mete a la economía en estancamiento secular. El FMI ya ha dado la alarma porque nos encontramos en una trampa de la liquidez de manual como nos enseñó el maestro Keynes en su Teoría General.
Por fortuna, el BCE ha depreciado el euro desde 1,3 contra el dólar en 2011 hasta 1,1, de lo contrario es muy probable que la Eurozona y España hubiese entrado de nuevo en recesión o, en el mejor de los casos, el PIB y el empleo se habrían estancado.
En España el sector del automóvil explica el 100% del crecimiento de las exportaciones en 2016. Palencia, donde tuvo el honor de nacer este economista observador, con la fábrica de Renault explica el 100% del crecimiento de las exportaciones españolas. Sólo dos países concentran el crecimiento de nuestras exportaciones -Alemania y Reino Unido-, lo que nos hace muy dependientes de ambos.
Nuestra balanza con nuestros socios europeos tiene superávit y sigue creciendo en 2016. Por lo tanto, España no necesita una devaluación. España necesita que la demanda de nuestros socios comerciales aumente. Si no hay inversión privada, tendrá que ser con planes de inversión pública espacialmente en áreas con superávit exterior y exceso de ahorro como es el caso Europeo.
Si se aprueba un gran plan de inversión pública europeo, con eurobonos, comprados por el BCE sin presionar al alza los tipos de interés, el empleo crecerá, los salarios crecerán, los ingresos públicos crecerán, se cerrará el agujero del sistema de pensiones público que ha provocado Rajoy y su desastrosa política económica, y el estado tendrá más dinero para gastar en sanidad, en educación y en ciencia e innovación.
Yes we can.