Mi artículo publicado en El País.
Me habían dicho que había un organismo internacional que creyó a Rajoy cuando dijo en Bruselas que el déficit público cerraría 2015 en el 4,5% pero no sabía que era el FMI. El Fondo tiene protocolos rígidos y no ha podido modificar su previsión. Pero la desviación y el irresponsable aumento del déficit estructural primario en España, en un año de fuerte crecimiento, ha enfadado a sus responsables, igual que a los de la Comisión, el Eurogrupo y el BCE.
El Fondo ha retrasado su misión a España, lo cual refleja la desconfianza en el equipo económico de Rajoy que les ha ocultado información y además no tiene apoyo parlamentario para tomar decisiones. En 2011, el Gobierno de Rajoy dio la cifra de déficit el 30 de diciembre, antes incluso de que los ministerios, las comunidades y los ayuntamientos cerraran su contabilidad. En esta ocasión ha ocultado la desviación hasta el límite legal de enviar las cuentas a Eurostat. El director de asuntos fiscales del FMI ha sido muy explícito “España tendrá que hacer un ajuste considerable” ¿Cuánto de considerable? Eso es lo que habrá que negociar con Bruselas. La Comisión ya advirtió a España por escrito del riesgo de desviación por lo que no hay excusas. La duda es si exigirán un presupuesto con recortes adicionales en mayo, como le obligaron a Rajoy en 2012 con el rescate, o si esperarán a que se forme nuevo gobierno.
Lo que no hay duda es que el próximo gobierno, tenga la composición que tenga, tendrá que acometer nuevos recortes. No serán de la magnitud de 2012 pero estarán entre 0,5-1% del PIB. Si añadimos este ajuste a la previsión del FMI el PIB y el empleo en 2017 crecerían próximos al 1,5%. El Gobierno está elaborando el programa de estabilidad y tendrán que revisar a la baja sus previsiones por la desaceleración desde el pasado verano. Pero Rajoy sigue diciendo que se crearán 500.000 empleos anuales, cuando la previsión del FMI incluyendo el ajuste estaría próxima a 200.000.
Rajoy ha desviado la atención a las comunidades pero hasta las gobernadas por el PP han dicho que no harán recortes adicionales. Es injusto tratar por igual a Andalucía y Castilla León con la mitad de deuda y déficit que Valencia y Catalunya. Y estas últimas, además de una pésima gestión en la última legislatura, tienen un problema de infrafinanciación que Rajoy ha ignorado desde 2011.
Pero el agujero y la mayor desviación ha sido en las pensiones y será mucho peor en 2016. Esto exige cambiar el modelo de “yo te lo hago más barato” impuesto tras la reforma laboral de 2012 por “yo te lo hago mejor y a buen precio”.
Exige un plan de inversión pública europeo que compense el impacto negativo del ajuste. Y exige reconocer errores en Madrid, en Berlín, en Washington, en Bruselas y en Fráncfort. Si el BCE hubiera comprado deuda en 2010 como la Fed y el ajuste fiscal hubiera sido gradual, la intensa deflación salarial en España habría sido totalmente innecesaria.