Recuerda que puedes recibir cada lunes en tu correo mi análisis económico de la semana. Es gratuito y tan sólo tienes que apuntarte en mi blog. Y ya te anticipo que recibirás alguna sorpresa que otra ?
Recientemente estuve en Santander con el Gobierno de Cantabria para activar proyectos para el Plan Juncker. En mi viaje a Bruselas cuando este economista observador se enteró que el Plan ya estaba operativo coincidí con la vicepresidenta de Cantabria, Eva Díaz Tezanos, que quedó muy interesada en el tema.
El viaje es un suspiro y en el vuelo fui escribiendo mi columna para El País. Pero pude disfrutar del paisaje con un sol radiante que alumbraba las bellezas de mis tierras castellanas. Las vistas del aterrizaje son las que describió el general romano Plinio cuando al decir que se encontró con la bahía más bella que jamás había visto. Las playa de Somo con una de las mejores olas para hacer surf de Europa y, enfrente, Santander, majestuosa con el Palacio de la Magdalena como imagen para recibir al visitante. Construida para albergar reyes, hoy propiedad del gobierno de Cantabria y centro de conocimiento para la prestigiosa universidad Menéndez Pelayo.
Comí con la vicepresidenta y el consejero de economía Juanjo Sota. Conocí a Eva hace un año y ha sido un gran descubrimiento. Es una política de raza, con gran experiencia de gestión, fue consejera en el anterior gobierno del Psoe y PRC, con fuertes valores, con una gran sensibilidad por los problemas de los cántabros y que se deja la piel por resolverlos. Ese día venía de un centro de enfermedades mentales y en la comida le saltaban las lágrimas cuando nos contaba lo que le habían transmitido los familiares y la deplorable situación del centro tras los recortes de la pasada legislatura. Si no hubiera políticos como Eva habría que inventarlos.
Me contaron los problemas que han tenido para encajar los presupuestos. Nada más llegar al gobierno se encontraron con una carta de Montoro exigiendo un ajuste adicional para cumplir el objetivo de déficit que el gobierno anterior del PP había incumplido. Se quedaron sin vacaciones para elaborarlo, consiguieron la aprobación de la Airef, pero el señor Montoro no ha sido capaz de aprobar el plan en Consejo de Ministros. El cabreo del gobierno de Cantabria es monumental, por encontrarse con el agujero, por matarse a trabajar bajo amenazas de Hacienda y que ahora el trabajo no haya servido para nada.
En mi anterior viaje me contaron la sanción del Fondo Social Europeo que les obligó a devolver 25 millones por el mal uso de fondos del gobierno anterior. El gobierno del PP hizo un plan de empleo en clave puramente electoral y adjudicaron los puestos a dedo sin concurso, la mayoría para limpiar bosques en medio del invierno cuando están nevados y no se puede trabajar. Por suerte, en Europa no nos permiten hacer estas chapuzas.
En esta ocasión me han contado la situación lamentable del banco de desarrollo Sodercan, al que han tenido que inyectar capital para evitar la quiebra. La mayoría de inversiones del gobierno del PP han sido ruinosas, pero una de ellas llama la atención: una empresa para fabricar estufas. ¿Qué pinta un gobierno en el siglo XXI invirtiendo dinero de los contribuyentes para fabricar estufas? No hay justificación económica, únicamente que la empresa de las estufas era de unos amiguetes del anterior responsable.
La broma les ha costado a los cántabros 18 millones de euros que se han recortado de su sanidad, dependencia y educación. Como te decía, en la comida la vicepresidenta venía de una visita a un centro de enfermos mentales y se le saltaban las lágrimas contándonos la situación en la que han dejado el centro tras los recortes y la impotencia de no tener recursos en el presupuesto de 2016 para mejorar su situación.
Pero lo más impactante de la comida, que define bien la visión de futuro que tiene el PP para España, fue lo que han hecho con la innovación. En 2010 el gobierno de ZP destinó 60 mill de euros para desarrollar un gran centro de investigación sobre energías renovables y mareomotrices. Tiene todo el sentido: el Cantábrico es un gran centro experimental con fuertes mareas y olas. Pero el gobierno del PP ha gastado parte de esos fondos en otras partidas de gasto y ha dejado abandonada la inversión tecnológica. Euskadi ha invertido en un proyecto similar y ahora será mucho más complicado el proyecto en Cantabria, aunque el nuevo gobierno lo tiene entre sus prioridades.
Por la tarde estuve en el despacho del presidente Revilla. Miguel Ángel es el mismo hombre sencillo, accesible y humano que este economista observador conoció hace casi tres años. Pero ahora su única preocupación es Cantabria y resolver los problemas que ha heredado. Fuimos a cenar -una cena austera con rabas y productos locales- Revilla, Eva la vicepresidenta y los consejeros de economía y de industria. El gobierno está formado por dos partidos -PRC y Psoe-, pero hay una gran comunicación y piensan como uno y con un único objetivo: bajar la tasa de paro y mejorar la vida de los cántabros, sobre todo de los jóvenes para que no tengan que irse de Cantabria a buscar su proyecto vital. Hablamos de lo importancia del Plan teniendo en cuenta que la situación de las cuentas públicas es lamentable y en 2016 la caja está vacía para inversiones. En la cena salieron varios proyectos y ya les he puesto en contacto con la Comisión y el BEI para conseguir financiación.
Cantabria estaba especializada en industria con tecnología tradicional y parte de esas industrias se están desplazando a la Europa del Este. Las exportaciones caen a plomo y la competitividad de la región está muy tocada. Estas industrias vinieron a España en los años ochenta para aprovecharse de salarios más bajos que en Francia y Alemania, y ahora se van por la misma razón. Una opción es bajarse los salarios como propone Rajoy. Pero supondría retroceder lo avanzado.
Otra opción es la que pretende aplicar el nuevo gobierno de Cantabria. Apostar por el capital humano y la educación como pilar para mejorar la competitividad. Aprovechar el puerto de Santander priorizando el suelo para uso industrial y ya tienen varias inversiones estudiando el proyecto. Hacer una apuesta por la digitalización para transformarse en Cantabria 3.0. Si lo consiguen será la única forma de reducir la tasa de paro mejorando el nivel de vida de los cántabros y el estado de bienestar.
Que la fuerza les acompañe.