Mi artículo publicado en El País.
Esta semana el expresidente Aznar ha afeado en público a su sucesor Mariano Rajoy diciendo que su política fiscal ha sido irresponsable para un país con una deuda pública del 100%. En 2015 el señor Rajoy aumentó en la Administración Central el gasto corriente un 13,5% y el déficit estructural más de un punto del PIB. Por esta razón, España puede ser el primer país europeo sancionado por incumplimiento de déficit desde que nació el Euro. Y Aznar le ha dicho a su sucesor que tiene que hacer lo mismo que él: recortar el gasto y aumentar los impuestos.
En 1996, cuando Aznar llegó a la Moncloa, comprar una vivienda le costaba a un español 3,5 veces su salario anual. En 2004, cuando salió de la Moncloa, comprar una vivienda costaba 7 veces el sueldo anual. Por culpa de aquella maldita burbuja inmobiliaria los españoles debemos el 100% del PIB, récord desconocido desde 1909. Uno de cada dos jóvenes está en paro, uno de cada tres hogares está en riesgo de pobreza y 4 de cada 10 no puede irse de vacaciones o atender gastos imprevistos. Pero Aznar, Rajoy y los dirigentes del PP, tras una década perdida, aún no han asumido que la burbuja pinchó y que recemos para que no vuelva a repetirse.
En la primera legislatura de Aznar el gasto público, excluyendo intereses de la deuda, creció un 14% y la presión fiscal en 1999 era superior a la de 1995. Por lo tanto, es falso que Aznar aplicara recortes, algo que si ha hecho Rajoy tras el rescate, y los españoles pagamos más impuestos.
En los años noventa Europa crecía al 3%. La unificación alemana y el déficit exterior germano eran la locomotora. Y gracias a cuatro devaluaciones de la peseta nuestras exportaciones crecían al 10%. Hoy Europa crece la mitad, el comercio mundial una cuarta parte y las exportaciones españolas de bienes en el primer trimestre de 2016 están estancadas.
Los precios crecían próximos al 3% y eso permitía aumentos de la masa salarial y de los ingresos públicos próximos al 7%. Hoy los precios están estancados, la masa salarial ha caído durante la pasada legislatura 21.000 millones y los ingresos públicos crecieron en 2015 por debajo del 3%.
Aznar tiene razón denunciando la irresponsabilidad de sus compañeros de partido aumentando el déficit estructural en 2015. Sin la bajada del IRPF, el aumento del gasto corriente y si obligando a cumplir la ley a las comunidades autónomas más incumplidoras, todas gobernadas por el PP salvo Catalunya, el déficit estaría próximo al 3% del PIB, no seríamos sancionados y el próximo gobierno no estaría obligado a aplicar más recortes.
En 1996 Aznar gobernó flotando en una burbuja inmobiliaria y desde 2014 Rajoy ha gobernado en la burbuja del BCE que compra deuda pública a tipos del 0%. En 1996, antes de entrar en el euro, los tipos de la deuda pública en pesetas estaban al 10%.
Los países que no aprenden de sus errores históricos están condenados a repetirlos.